Es esperanza, es creer en el mañana con la certeza de que cada día trae nuevas oportunidades. Es el calor que no
solo viene del sol, sino del amor genuino de toda una nación.
Es ese abrazo que nunca se olvida, incluso cuando la distancia separa. Es celebrar el éxito del otro como si fuera
propio. Es levantarse, intentarlo y nunca rendirse.
Es un latido colectivo, un aplauso que resuena en cada rincón del país, expresando orgullo, unión y alegría.
Ser dominicano es honrar nuestras raíces, recordar nuestro pasado y llevar con orgullo la tricolor en el pecho y
en el corazón.
Es el sabor del mangú con los tres golpes, el sonido del merengue y la bachata, el ritmo del carnaval y la
hospitalidad que nos hace únicos.
Es lo que hemos logrado y lo que juntos construiremos.